Conté cada minuto de las horas que estuve a tu lado,
reí de distintas formas al jugar con cada palabra que salía de nuestras bocas,
cerré mis ojos y ví aquel mundo que dibujaste para mí,
y luego noté que fue un espejismo, una ilusión.
Sentí tus manos tocando mi rostro,
tus labios besando los mios,
las noches rodeadas de estrellas,
y mi cielo cubierto de tí.
Ver los días tan largos al no estar contigo,
las horas tan cortas al verte reir,
los segundos redondeados viendo tus ojos,
me hacían debil frente a tí.
El tiempo tomandome de sorpresa,
haciendo acrobacias, burlandose de mí,
llevandote lejos, a un lugar a donde pocos llegan,
no pude detenerlo, sabía que había llegado el fin.
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