Destrucción del corazón

Otra vez los dedos se posan sobre tu piel
quizas ahora te vayan a quebrar
aunque el suspiro del alma te llene las migajas que te han cubierto.

Pueden aferrarse los sueños a la esquina poco frecuentada
ambos tiran de tus lados, izquierdo y derecho en el mundo cotidiano,
profundo en tu mundo, oscuro en la realidad.

La pequeñez en las simplezas del borde perfecto
se anidan en la posibilidad del cambio
marcas agudas distinguen lo correcto de su dorso
cuando las manos dejan de alimentarse los deseos se extinguen
como la avería de la razón en el túnel de un destino que clamas sin dudar.

De la perfección a lo mal hecho
de los instintos maternales a los deseos de tu cuerpo
alguna vez pudo,podrá,fue, será
que en tu mente se oculten los rastros de las heridas que te causó el amor.


Amee Rosario.